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Arte // Cuando el arte puede ser sofisticado y entretenido

CUÁNDO: Del 27/07/2011 al 08/01/2012
DÓNDE:

León. Musac. Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León. Avenida de los Reyes Leoneses, 24

http://musac.es/


A QUÉ HORA:

De martes a viernes:
Mañanas: de 10 a 15 horas.
Tardes: de 17 a 20 horas.

Sábados y domingos:
Mañanas: de 11 a 15 horas.
Tardes: de 17 a 21 horas


CUÁNTO:

Entrada gratuita.


Cuando el arte puede ser sofisticado y entretenido

El MUSAC acoge esta exposición comisariada por artistasy que rinde homenaje a Guy de Cointet y Jack Smith

‘I Was a Male Yvonne de Carlo. El arte crítico puede ser sofisticado, incluso entretenido’ es una exposición comisariada por artistas, y por lo tanto basada más en una actitud que en una trayectoria profesional en este ámbito. La exposición nace del deseo de comprender y rendir homenaje a la obra de los artistas Guy de Cointet y Jack Smith. Tan alejada como pueda parecer la práctica artística de ambos creadores, comparten una serie de rasgos comunes: la elegancia, el humor, la osadía, el gusto por la provocación y un finísimo sentido del 'camp' - de hecho el término fue adoptado por Susan Sontag para describir la obra de Smith. Más específicamente, comparten algo que queda plasmado en el título de la exposición: una capacidad crítica (crítica del establishment cultural, crítica del status quo, crítica del imaginario colectivo) preñada de estilo: humor, comedia, inteligencia.

La exposición estriba de la obra de estos dos artistas. Del que la comedia constituye una estrategia idónea para la crítica institucional da prueba sobrada la gran tradición de comediantes (judíos), de Jerry Lewis a Andy Kaufman. Así, entre la comedia de situación y la bufonada, nos encontramos con la obra de Guy Ben-Ner (Stealing Beauty, 2007) y Kirsten Mosher (Gumhead, Gumhead Sister y Gumhead, ready or not, todos de 2011). Más bien en la tradición del absurdo acerbo podríamos situar la obra de Ruppersberg (Sin Título, 1991) y Baldessari (Teaching a Plant the Alphabet (1972), I Am Making Art (1971), y I Will Not Make Any More Boring Art (1971)), que cuestiona sin miramientos la sacralidad del arte y la literatura contemporáneos. Esta díscola irreverencia hacia todo lo institucional se percibe claramente en la obra de Itziar Okariz (Mear en espacios públicos y privados, 2011), al tiempo que la obra de Ignasi Aballí se sitúa más cerca de la broma ingenua e infantil que avergüenza al superego paterno (Listado), (Sexo), 2011, y Soplidos (Blows), 2008).

El humor y la mofa de toda autoridad quedarían incompletos sin la presencia de Robert Crumb. Este excelente dibujante y estrella rutilante de la contracultura nos sorprende, en el tarjetón de invitación de la exposición, con una visión inmisericorde del artista (siempre el propio Crumb) con los pantalones bajados, vacilando entre sus fantasías sexuales y el compromiso social.

El opuesto diametral, si cabe, del humor blanco y abstracto de un Stanley Brouwn. En 3 Corners (2007) Brouwn reduce al absurdo la esencia de la arquitectura, la escultura y la vivienda. Se trata de un artista inscrito en la mejor tradición dandiana de frialdad, distanciamiento e inteligencia.

Lenny Bruce solía decir que "la comedia es tragedia más tiempo". Aquí efectivamente se percibe una cierta nostalgia por un tiempo pretérito, en los trágicos semblantes presentados por Jack Smith en su aparición en el zoo de Colonia (Jack Smith in Jack Smith’s Fear Ritual of Shark Museum, Cologne Zoo (serie), fotografías de Gwen Thomas, y Jack Smith: Cologne de Birgit Hein, 1974). Esta misma sensación de sinsentido, del artista como héroe errante, solitario y absurdo, aparece en la performance concebida por los artistas Julien Bismuth & Jean-Pascal Flavien y su descenso por un río de agua somerísima. Y por supuesto, los excesos orientales de Jack Smith en Flaming Creatures (1962), Normal Love (1965) o la película que presta su nombre a la exposición, I was a male Yvonne de Carlo (1970), que cierran el círculo con la obra de Guy de Cointet. Las mujeres de Guy de Cointet, etéreas, bellísimas, elegantes e ingeniosas, que intercambian frases espléndidas que nos recuerdan alternativamente a Oscar Wilde y a Dallas, son la personificación misma del subtítulo de la exposición: la crítica puede ser sofisticada, incluso entretenida.

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