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La muestra ‘Casting 1971’, de Diego del Pozo, recala en el Centro de Arte Caja Burgos (CAB) tras haber sido seleccionada para participar en la primera edición del proyecto P4-Plataforma para el Apoyo del Arte en Castilla y León, una iniciativa que pretende estimular la creación artística dentro de los parámetros del arte actual y en todas sus disciplinas: pintura, escultura, grabado, dibujo, fotografía, vídeo, obra gráfica, instalación, videoarte, arte electrónico o cualquier otra tendencia de actualidad. En P4 participan, junto al CAB, otros tres centros de la región: Domus Artium 2002 (DA2) de Salamanca, elMuseo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (MUSAC) de León, y Patio Herreriano-Museo de Arte Contemporáneo Español de Valladolid, que acogerán en este último tramo de 2011 otras tantas propuestas artísticas designadas por el Comité de Selección de la Plataforma.

Artista multidisciplinar (dibujo, vídeo, objetos, instalación…) y productor cultural, Diego del Pozo Barriuso (Valladolid, 1974) es autor de una obra que trata de establecer conexiones entre la satisfacción de los deseos más profundos del individuo y los procesos de construcción de su identidad, condicionada por los distintos mecanismos de control social: en definitiva, el artista profundiza en la necesidad de afectos del hombre contemporáneo y en su lucha por resolver tal anhelo en el contexto del sistema de trabajo y de producción, o, como él mismo explica, en la distancia “demasiado grande entre lo que las personas experimentan ser y quienes quisieran ser”.

Para la instalación que presenta en el CAB, Del Pozo ha dirigido la mirada a su propia generación, la que nació entre 1970 y 1979, atravesada por una fuerte fragilidad emocional y condenada a la precariedad a pesar de su alto grado de formación académica. Para radiografiar los sueños y las frustraciones de sus coetáneos el artista ha elegido la estructura visual de un casting –término inglés que designa el proceso de selección del reparto de una película o de los participantes en un espectáculo–, hallazgo que le permite indagar atinadamente en comportamientos, emociones, dudas y zozobras de las personas a las que interpela para formar un mosaico que pretende definir la interrelación entre la subjetividad de los individuos y la realidad que los rodea y aprisiona.

Los vídeos de la instalación simulan, en efecto, un casting de publicidad o cine, en el que los actores son invitados a interpretar improvisadamente a un sujeto de su edad, un individuo como ellos: su idea del éxito y el fracaso, sus modelos éticos, su vida emocional, sus problemas laborales y económicos; de este modo, se genera un “dispositivo polisémico” capaz de revelar la realidad colectiva y propiciar nuevos imaginarios sobre el futuro de los individuos de esta generación, y a través del cual se sugiere la convicción del artista de que los mecanismos de control social están interiorizados por los individuos.

Caja de Burgos da la bienvenida a la Plataforma para el Apoyo del Arte en Castilla y León y a su primer inquilino en el CAB, Diego del Pozo, un creador joven comprometido con su tiempo y también con cuestiones eternas como la identidad, la intimidad, el deseo y el poder.