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La Semana Santa de Palencia, entre la tradición y el cambio

El incremento en el número de hermandades y de las tallas que componen los pasos procesionales de Palencia son algunos de los cambios producidos en los últimos años en esta Pasión castellana.

La Semana Santa en Palencia  transcurre entre la tradición y el cambio. Junto con las cofradías de mayor tradición e historia  –Vera Cruz, Jesús Nazareno y Santo Sepulcro- cuyos orígenes se remontan a los siglos XV y XVII, a lo largo del pasado siglo, y en la última década también, han ido surgiendo nuevas cofradías en un empeño por lograr una Semana Santa más vistosa y turística. En este empeño, se han recuperado procesiones perdidas con el paso del tiempo y se han introducido otras nuevas. Este año, por vez primera, la recién creada Hermandad Penitencial de Nuestro Padre Jesús de la Sentencia se suma a las ocho cofradías ya existentes y organiza un acto penitencial para presentar a su imagen titular.

El afán de cambio y modernidad ha venido a truncar el silencio penitencial  por el ruido de los tambores y cornetas de las bandas musicales de gran número de las cofradías. Pero el gran cambio experimentado por la Semana Santa Palentina en los últimos años ha sido el considerable incremento de las imágenes de las hermandades. Resulta extraño ver cómo se mezclan imágenes del los siglos XVII y XVIII  con otras mucho más modernas y recientes de un cuestionable valor y gusto estético y artístico.

La Semana Santa palentina tiene su preámbulo en la tarde noche de la víspera del Domingo de Ramos con la procesión de La Piedad, que cada año, desde 2005, y organizada por la Hermandad Franciscana, recorre un barrio de la ciudad. La semana concluye, a primera hora del Domingo de Resurrección, con el Rompimiento del Velo, que no deja de ser una de las manifestaciones más peculiares de la Semana Santa de Palencia. Por medio, entre domingo y domingo, un total de nueve cofradías penitenciales se reparten el protagonismo de esta Semana de Pasión en la que una quincena de desfiles ponen de manifiesto la importancia de unas procesiones a las que en su conjunto y por empeño de la Hermanad de Cofradías se la ha reconocido, en un brevísimo periodo de tiempo, con el distintivo de Fiesta de Interés Turístico Nacional (2005), después de ocho años desde su clasificación como Fiesta de Interés Regional.