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Como masticar la tragedia y sobremorir

Seminci 2011: Una nueva versión del clásico literario 'Cumbres borrascosas'

Cumbres borrascosas bebe de aguas tradicionales en el discurso narrativo, mezcladas con una constante dosis de poesía en el montaje. La cinta recoge la historia de amor que escribió Emily Brontë, que, dentro de la literatura, ya simboliza una obra maestra.

Ponerse a adaptar algo que, de por sí es redondo –nos referimos al libro- y que, además, ha contado con ¡más de diez versiones cinematográficas! no parece justificado. Pero la factura es tan impecable que tampoco procede ponerla en cuestión.

Los diálogos no ahogan el hilo conductor, basado en todo caso en imágenes rodadas y ordenadas de manera elegante, secuenciadas en planos suaves, que acunan la mirada del espectador. Sólo las emociones saltan en pedazos en momentos tales como cuando ella dice a propósito de él: “Es más como yo que yo misma”. Al tiempo, se va materializando trágicamente la imposibilidad del amor entre los dos protagonistas.

La idea que subyace en Cumbres borrascosas es que toda decisión tomada contra la voluntad personal, bien influidos por circunstancias que contradigan nuestros deseos ulteriores, bien decisiones tomadas contra la justicia universal -y lírica-, nos acorralarán hasta llevarnos al patíbulo.

No nos perdonaremos haber incurrido en errores profundos. Todos los caminos bifurcados por resbalones de este tipo volverán a encontrarse. Pero eso de que nunca es tarde no siempre se cumple. Al revés, las cosas demasiadas veces no tienen remedio.

SEMINCI 2011
Cumbres borrascosas 

Andrea Arnold
Reino Unido
Sin aplausos
Sala llena

 

Texto: Fernando del Val 0 comentarios
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