Galería // La realidad soñada de Raquel Aparicio
La realidad soñada de Raquel Aparicio
Animales y mujeres fantásticas dan cuerpo a la obra de la ilustradora
Raquel Aparicio. El cielo como límite
Conocer las ilustraciones de Raquel Aparicio (Ávila, 1982) es entrar en un mundo mágico, un lugar repleto de sorpresas, con paisajes que desbordan belleza y donde los animales campan a sus anchas, ajenos a los desmanes del hombre contra el medio ambiente. Los objetos cobran nueva vida y encierran historias inesperadas, y las mujeres se erigen como auténticas protagonistas de una ensoñadora realidad.
Ni siquiera su juventud ha podido frenarla, y en su cartera de clientes ya figuran publicaciones como The New York Times, Elle, Rolling Stone o Quo, y editoriales como Anaya, Edelvives o Planeta. Mientras, una pieza suya puede contemplarse en el LATDA Museum de Los Ángeles (en la muestra Kokeshi: from folk art to art toy), y cuenta con una línea propia de camisetas en Australia.
Ahora ha regresado a Valladolid tras más de un año en Barcelona como directora de arte de la productora audiovisual bnc. En este periodo participó en la película Ingrid, last login, y allí aprendió a valorar “la tranquilidad, los precios más baratos y la comodidad de moverte por Valladolid”, pese a echar de menos la concienciación por el medio ambiente de la Ciudad Condal y que la gente se anime más a montar en bici.
"Me gusta jugar con diferentes propuestas para no aburrirme. Cada tema exige unos materiales distintos"
Se matriculó en la Escuela de Artes y Oficios de Valladolid porque “no quería perder cinco años en Bellas Artes”. “Quería dibujar y hacer ilustración, porque trabajar con textos ajenos siempre me ha gustado, pero no tenía ni idea de cómo hacerlo y estaba un poco perdida”, explica. En su camino se cruzó el ilustrador vallisoletano Raúl Allén, y sus consejos y el “aunar esfuerzos” que comparten desde entonces, acabaron allanando el camino.
El día a día, las cosas que ve, las exposiciones que visita, los libros que lee o los dibujos de otros artistas (entre ellos su hermana gemela Sae y Raúl), son las influencias que Raquel destila en sus dibujos, donde siempre le gusta “jugar con diferentes propuestas” para evitar el aburrimiento. “Creo que cada tema merece unos materiales, y a veces salen accidentes que me sorprenden”, apunta antes de restarle importancia a la utilización que realiza del color en sus trabajos. “Me gusta trabajar en blanco y negro, y definir las manchas que va a tener cada dibujo; el color es una tontería para mí”, asegura.
No se confiesa fiel a un estilo, y reconoce que da lo mejor de sí misma cuando le encargan ilustrar un buen libro, como los Cuentos rusos de Afanasiev o El paraíso de los gatos, de Émile Zola, dos de sus últimos trabajos. “También toca hacer artículos más aburridos, que no están tan bien escritos y motivan mucho menos, pero incluso con los textos más áridos, a veces en el último momento se te ocurre alguna idea que funciona”.
Internet ha sido la varita mágica que le ha permitido desarrollar su trabajo sin problemas desde Castilla y León, y su obra no para de expandirse a golpe de blog: “La red me ha ayudado mucho, porque me ponen en muchos blogs por ahí. Me hace ilusión ver comentarios sobre mi obra que no entiendo en ruso; es genial, porque llegas a un montón de gente”.
Sin embargo pese a las posibilidades de internet, la abulense sí echa en falta en España “presupuestos más altos y que se paguen mejor los trabajos”. “Aquí las cosas a veces se hacen de forma más apresurada, se miman menos”, comenta con conocimiento de causa, tras haber sido galardonada en Nueva York y Los Ángeles.
Por otra parte, lo que más le duele al hablar de su tierra es el “escaso gusto por el diseño gráfico” que tiene desarrollado Castilla y León en general y Valladolid en particular. “En Castilla y León tenemos buenos diseñadores gráficos, pero cuando camino por la ciudad veo los rótulos o los cartelones del Ayuntamiento y son horribles. El aspecto gráfico no se cuida ni se le presta atención, y dice mucho de la imagen de la ciudad, que simplemente es fea, sin gracia. No sé si se debe a que no hay directores de arte o buenos asesores, pero es un asunto preocupante”.
Para el futuro, a cinco años vista, se marca dos propósitos: protagonizar más exposiciones y entrar en el mundo de la moda, una de sus debilidades (“cada diseñador es un mundo, pero también me parece muy interesante el trabajo de cadenas como Inditex o H&M”, argumenta). Eso, además del sueño de “tener una estantería llena de libros que haya ilustrado, o por lo menos con una balda grande de ellos”.
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Y...mientras amanece detrás de mi ventana, observo tus ilustraciones en esta otra ventanita del ordenador, ambas me encandilan y me invitan a pasar un buen día.
04/08/2010 - 2:56 pm Escrito por Sil Vía Láctea